lunes, 14 de enero de 2013

De pronto y sin aviso

   Así llegan los momentos importantes de la vida: De pronto y sin aviso.
   ¿A quién no le pasa que recordando aquellos momentos clave, esos que no se olvidan y se repasan de vez en vez, cae en la cuenta de lo repentino de los sucesos? Y después sigue el típico tormento de los "hubiera". -le hubiera dicho que se veía hermosa-, -le hubiera respondido con más energía-, etc.
   Al fin los "hubiera" nos hacen fantasear un poco con aquellos momentos a los que, debido a la espontaneidad y prontitud del suceso junto con otros factores, no supimos enfrentar con la fuerza, la elegancia o la pasión deseada. Ésta fantasía que pretendemos sea un bálsamo no es más que una velada forma de autoflagelo ¿Realmente en qué nos ayuda? Es sólo un acto de insensatez. Podríamos ser tan insensatos que creyéramos falsamente estarnos preparando para el siguiente momento, que podría llegar en alguna situación parecida. Pero vaya sorpresa, un momento nuevo llega y se nos vuelve a escapar de las manos, porque resulta que no fue igual, pequeñas diferencias nos conducen (eso nos decimos) a un nuevo fracaso. Un nuevo momento perfecto arruinado. Momento perfecto, ¡Que buen nombre! Así los llama Anny de "La nausea" de Sartre.
  ¿Qué hacer para que los momentos importantes se conviertan en momentos perfectos aprovechados?,  Al parecer se necesitarían mil momentos arruinados para adquirir la sagacidad y experiencia suficientes que nos permitan aprovechar los momentos conforme llegan. Pero juntar mil momentos no es sencillo. Se necesitaría invertir tiempo y esfuerzo para llenar nuestra vida de momentos. ¿Cuánto tiempo ... ? tanto que no quedaría tiempo para repasarlos y fantasear con versiones alternas. Cuando menos no continuamente.
  Quien me conoce sabrá que buscar momentos no es mi especialidad. No es lo que yo acostumbro. Para mí, como para muchos desdichados, la vida es una continua espera. Esperar a que los momentos se presenten más que buscarlos, así pretende funcionar la vida. ¿Por qué buscar algo que de todas formas llega cuando se le antoja?, Reitero: de pronto y sin aviso. Y más aún ¿Dónde se encuentran esos momentos? Ésta pregunta ha sido determinante para mí en lo que se refiere a momentos. Me ayudaba a conformarme con mi constante e inacabable espera.
   Sin embargo hoy he descubierto que hay otros momentos ... otro tipo de momentos quiero decir. Hay momentos en la vida en que encontramos respuestas. A diferencia de los otros "momentos importantes" no siempre surgen al cumplirse algún deseo, aparecer una oportunidad o realizarse alguna satisfacción. Llegan de pronto y además parecieran surgir de la nada. Un día de repente despiertas con una idea en la cabeza. De esas ideas que se guardan en la mente por años y que se encuentran archivadas en la sección de pendientes, de ideas inconclusas. Pero éste día, por alguna razón, despiertas y están completas, o de menos avanzó su desarrollo considerablemente. Vaya momentos valiosos, y sin embargo ten poco memorables no como los otros que son inolvidables, aún desperdiciados.
   Hoy tuve uno, de los no memorables. Y me ha dicho (o más bien ha puesto en mí la idea de) que debemos buscar los momentos importantes. Buscar a ciegas, pero buscar. El camino es crecer ... Crecer como persona. Crecer. Diversificarte. Expandirte en éste mundo de personas. Entre más amplia sea tu persona, en más entornos se adentre, entre más conviva con otros, más posibilidad hay de que los momentos aparezcan. Suena sencillo ...
   Se me viene a la mente aquella mujer odiosa ... aquella por la que pasé penurias éste año y que siempre veía en todo una oportunidad para crecer. Que terrible para alguien como yo resultaba su compañía. Yo que precisamente he postergado hasta límites nunca sospechados en mi infancia y adolescencia aquello de crecer.
   A pesar de todo intenté crecer junto a ella. Intente crecer "para" ella ... y simplemente no funcionó. Y al final me rebelé y me dije que no crecería, ni por ella, ni por nadie. Que cosas que un día despierto por la tarde, después de una siesta fruto de la ociosidad, y me digo: -Ya lo veo ... ¡Es hora de crecer!-. Así hay momentos en ésta vida y aunque seguramente no es así, parecen llegar de pronto y sin aviso.

1 comentario:

m dijo...

;) :) De pronto y sin aviso surge espontaneo :) :) es el mejor!!!!